Elvis Junior, alegrando mi día

No hay nada como un poco de Elvis -es decir, el mismísimo Elvis Junior chileno- para alegrar una tarde santiaguina.   Click here for English

Elvis Junior and his amazing homemade 1-man band

Santiago tiene su cuota de personajes, esas personas de la calle que todo el mundo reconoce, aquellos que son parte esencial del paisaje urbano y que aportan una dimensión humana que hace de esta ciudad un Santiago inequívocamente santiaguino.

(Foto: Elvis Junior, el increíble hombre orquesta casera)

Vivir en una gran ciudad tiene sus altibajos, pero hay algunas cosas capaces de transformar un día cualquiera en uno especial. Una de ellas es Elvis Junior, un personaje “total” que aparece en los lugares más insólitos de la ciudad (y afuera), tocando su singular y bien casera batería, hecha de baldes, ollas, latas, tubos, elásticos y todo un montón de objetos común-y-corrientes que él mismo transforma en un tesoro de la percusión. Y es diferente cada vez que lo veo. Siempre que me encuentro con él, cualquiera sea mi estado de ánimo anterior, es capaz de hacerme sonreír. ¿Cómo no?

(Foto: Elvis Junior en la Alameda frente a la Biblioteca Nacional, Santiago)

Elvis Junior on Alameda in front of the Biblioteca Nacional, Santiago

Ayer estaba acercándome a la Alameda, cerca de la Biblioteca Nacional y oí su sonido característico: un ritmo frenético al son de sus tambores de bidones, platillos y un estridente jadeo de un kazoo hecho de un tubo de plástico, alternando con su característicos gritos de estrofas sacadas de antiguas canciones, olvidadas ya desde hace décadas.

Elvis Junior me alegró el día. Agarré mi cámara y corrí hacia al bandejón central de la Alameda (al parecer tiene una predilección por tocar entre las pistas de la calle más transcurrida de Santiago). Como siempre, me saludó con su gran sonrisa, carente de algunos dientes. Yo por mi parte, le devolví la sonrisa junto a una buena propina. Seguí a mi casa feliz de ser parte de esta gran ciudad.

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